Luego de 20 años de servicio su labor es reconocida y es el primer latinoamericano como juez principal de partida en NYRA.
A pesar de haber crecido entre caballos en su natal Vega Baja, zona centro norte de Puerto Rico, cuando migró a Estados Unidos en busca de sustento para apoyar a su madre con la crianza de sus tres hermanos, llevaba en mente graduarse de piloto, su otra pasión, pero el destino lo colocó en el ambiente que es y que asegura será su mayor orgullo, el hipismo.
Así lo dio a conocer, en amigable y diáfana conversación, Héctor Luis Soler, quien a sus 46 años de edad entra al libro histórico del hipismo estadounidense como el primer latinoamericano en ocupar la titularidad como juez principal de partida del circuito NYRA en los óvalos de Belmont, Aqueduct y Saratoga, lo que representa “un sueño hecho realidad”.

Además de agradecer infinitamente a Dios este momento de gloria –luego de 20 años como trabajador oficial del starting gate, y otros tantos en trabajos afines—se lo dedica al gran Bob Duncan, a quien considera su mentor porque durante sus más de 15 años como titular del cargo que hoy ocupa el boricua, gozó de sus elogios y fue recibiendo consejos y palabras de estímulo para ir dando pasos firmes, uno a la vez, hasta conquistar cada meta.
“Estuve bajos sus alas en todo el camino. Fue quien me dio el trabajo. Un día me dijo que tengo potencial, que iba a llegar y repetía, vas a ser alguien en esta compañía, y me lo creí. Él me motivó 100%” y hoy se cumple la predicción de Mr Duncan.
Del aire a los hipódromos

Héctor Luis Soler recuerda con cierta nostalgia que llegó a Estados Unidos con la meta de aprender a volar. Por ello estudió en Pensilvania y acumula varias horas de vuelo en helicóptero, pero su cercanía a unos conocidos en Filadelfia, que fue la ciudad que lo adoptó, lo hizo cambiar el sueño aeronáutico por la industria hípica.
“Mis amigos trabajaban allí. Yo tenía necesidad. No estaba bien económicamente”. Confiesa quien además tenía como meta darle mejor vida a su familia, por lo que urgía trabajar y se inicia en aquello que llevaba en su ADN desde sus días de infante, solo que esta vez se trataba de carreras de verdad y de una profesión que sin ser su meta inicial fue y ha sido el sustento del núcleo familiar al que se agrega, por supuesto, sus tres hijos.
“Cuando me llevaron a conocer el ambiente donde iniciaría el trabajo me impactó mucho la parte del riel, al lado del key y desde entonces me interesó todo lo relacionado con el starting gate. Así llegué al hipismo y no volví a salir”, dice muy emocionado.
Y cómo no va a estar emocionado este humilde trabajador que ha sorteado infinidad de contratiempos de todo orden para escalar posiciones, sobre la base de su tesonero trabajo que le abrió puertas y presentó oportunidades.
“Pero lo he hecho siempre con tanta pasión y entrega que para mí no debería llamarse trabajo. Es casi como un hobbie por lo placentero que me resulta y que esta importante empresa NYRA me ha brindado”, agradece.
No obstante, desfilan por su mente recuerdos de episodios que hubo de superar y confiesa que hasta algunas lágrimas de coraje y de pena se han quedado en el camino, con más bajos que altos pero ha sabido sobreponerse, incluso a severas lesiones por accidentes laborales del ambiente, y hoy es el flamante juez principal de partida en Nueva York.
Todo por NYRA

No tiene problema en expresar toda la felicidad que le generó la noticia de su reciente nombramiento al frente de todo el equipo del starting gate, lo que implica más responsabilidades y entrega por lo que hace en favor de la empresa que le ha dado oportunidades para crecer integralmente.
Se siente triple coronado

No puede solapar su intimidad sentimental para con el 13° triplecoronado de la historia, el sensacional pupilo de Bob Baffert, Justify, que logró la hazaña en 2018.
Hay cosas que llenan de orgullo pero ninguna como haber manejado al campeón en el starting gate, asegura. “Ha sido indescriptible sentir su triunfo incluso antes de cada carrera, llevarlo al aparato, cuadrarlo, es el sueño de todo palafrenero. Todos soñamos con manejar un caballo ganador del Belmont Stake, pero que además sea un triplecoronado. Imagínate. Ahí me sentí realizado. Estuve varios días sin dormir”, expone a manera de suspiro este veterano para quien cada carrera es como si fuera la primera, pero esa triple corona es la experiencia única y que marcó su andar.
Clave: soñar, creer y no rendirse

Dice sentirse en los mejores momentos de su carrera, un ganador, un vencedor y recomienda a las nuevas generaciones que se concentren en sus sueños, que los materialicen con mucho trabajo y honestidad y que nunca dejen de creer.
“No es fácil el camino. Échenle ganas. Un momento a la vez. Mucho empeño. Nada de apresurarse. El tiempo lo dice todo. Con ganas y empeño se logran metas, más en esta compañía que representa las grandes ligas del hipismo. Y este consejo es para esta y cualquier otra profesión o meta”, sentenció.
Por todo esto, Héctor Luis Soler asume el nuevo reto como un alivio y se siente “como un campeón, un guerrero que nunca se dio por vencido”, con la humildad como carta de presentación y derribando obstáculos para demostrar que siempre quiso ser útil al hipismo; por ello nunca olvida los consejos de muchos que lo apoyaron en tan fructífera carrera, por lo que considera que “el hipismo significa todo, mis sueños, mis hijos mi familia, mi vida”.